Emitida la NIIF 15 – Paso adelante hacia un único lenguaje global sobre información financiera

La norma de reconocimiento de ingresos cambia el modelo vigente y exige mayor desglose de información

La aspiración de un único lenguaje global sobre información financiera ha dado un importante paso adelante con la emisión de la norma sobre reconocimiento de ingresos (NIIF 15) por parte de los dos principales organismos internacionales en la materia, el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB, por sus siglas en inglés) y el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera de Estados Unidos (FASB, por sus siglas en inglés).

Esta norma, que sustituye a la mayoría de directrices sobre reconocimiento de ingresos ordinarios contempladas actualmente en los PCGA estadounidenses y en las NIIF internacionales, es un logro importante en términos de convergencia y comparabilidad de la información pero, para las empresas, lo cierto es que el verdadero trabajo acaba de empezar. La nueva norma entra en vigor en enero de 2017 aunque las empresas que reportan bajo NIIF pueden optar por aplicarla de forma anticipada.

El proceso de desarrollo de la nueva norma has sido largo habiendo transcurrido más de cinco años desde que el FASB y el IASB publicasen la primera versión de sus propuestas conjuntas sobre ingresos ordinarios. La extensión del proceso ha provocado que muchas empresas hayan aplazado el análisis de su impacto a la espera de disponer de una norma más asentada. Ese momento ha llegado. Se trata de una norma ya publicada que afectará a uno de los indicadores de la información financiera más importantes —los ingresos ordinarios— cuyo alcance se extenderá a la práctica totalidad de las empresas que formulen sus estados financieros de acuerdo con los US GAAP estadounidenses o las NIIF.

Incidencia en muchos sectores

Los nuevos requerimientos afectarán a empresas diferentes de modos distintos. Las empresas que venden productos y servicios en una oferta combinada o las que participan en proyectos de largo plazo, circunstancia que resulta habitual en sectores tales como el de telecomunicaciones, software, ingeniería, construcción e inmobiliario, podrían experimentar cambios significativos en el reconocimiento de los ingresos ordinarios. En otras empresas que desarrollen actividades menos complejas los cambios serán mínimos. En cualquier caso, todas las empresas deben evaluar la magnitud del impacto y el modo en el que se verá afectado su modelo de negocio, sin olvidar la necesidad de mantener un canal de información con sus inversores y analistas.

En concreto, los nuevos criterios pueden cambiar qué bienes y servicios se agrupan o separan a efectos del reconocimiento de ingresos. Asimismo, el precio de la transacción se asignará utilizando criterios que pueden diferir de los métodos existentes actualmente. Por tanto, es posible que haya que reconocer los ingresos en un momento posterior o anterior al que se registran en la actualidad, y la distribución de los ingresos entre los distintos bienes y servicios prestados puede variar.

Más información a desglosar

Algunos aspectos de la nueva norma afectarán a todas las empresas. Los nuevos requerimientos de información a revelar son amplios y es posible que sea necesario introducir cambios en los sistemas y procesos de captura de la información con independencia de que no se produzca un cambio significativo en las magnitudes principales de los estados financieros.

Aunque la fecha de entrada en vigor del 2017 parece lejana, lo cierto es que las empresas deben iniciar cuanto antes el proceso de transición para asegurar una adecuada gestión del mismo, tanto desde una perspectiva interna como externa.

 

Autor: Enrique Asla, Socio responsable de Práctica Profesional de KPMG en España.