Juan José Brugera, presidente de Colonial: “Hoy ya es impensable que la estrategia corporativa no tenga como eje central la máxima excelencia en los ámbitos de gobernanza, desarrollo social e inversión sostenible”

Juan José Brugera confía, como ha hecho a lo largo de toda su carrera, en la colaboración y el trabajo conjunto de empresas y administraciones públicas como base para una economía más próspera y resiliente. De cara al futuro, el directivo recuerda el importante peso del sector inmobiliario en la economía española, situando en el centro de la estrategia la necesidad de disponer de flexibilidad y agilidad para adaptarse a las necesidades de un entorno marcado por nuevas formas de trabajo y la búsqueda de una mayor sostenibilidad.

PREGUNTA. Uno de los aspectos en los que la contribución de las empresas inmobiliarias a la sostenibilidad es más visible es el de la eficiencia energética, optimizando consumos y reduciendo emisiones. ¿Cómo pueden seguir avanzando en este ámbito?

RESPUESTA. El sector inmobiliario ha puesto en marcha estrategias y políticas en distintas cuestiones ambientales con los ODS de la ONU. En nuestro caso, la herramienta de gestión que supone el “Manual de Buenas Prácticas en Gestión Ambiental” proporciona directrices específicas sobre cada edificio, y que se vertebra en torno a tres ámbitos: el Grupo Colonial, empresas de mantenimiento y usuarios de las instalaciones.

De acuerdo con el Plan Director de Sostenibilidad del Grupo, desde 2018 se han ido desarrollando actuaciones concretas que nos están permitiendo avanzar notoriamente en la reducción de las emisiones. Disponemos de las acreditaciones más usuales en estas materias, de manera que podemos demostrar que estamos a la cabeza de nuestro sector en este campo. Seguir avanzando en los planes implantados nos ha de conducir a la neutralización total de las emisiones en un futuro cercano.

En los últimos años el concepto de oficina se ha ido adaptando a un cliente que requiere de espacios más colaborativos, polivalentes y digitalizados. ¿Cómo crees que evolucionará esta tendencia a medio plazo? ¿Crees que en el último año se ha acelerado o ralentizado?

La pandemia ha actuado como catalizador de tendencias que ya se presentaban antes. Los edificios de oficinas han evolucionado de manera significativa en, principalmente, tres aspectos:

  • Morfología. La mejor disposición de espacios amplios, que permitan la movilidad total, el fácil acceso a los dispositivos de comunicaciones, reuniones, presenciales o virtuales. El aumento del confort en el trabajo.
  • Ubicación. Nuevos Center Business District (CBD), que reúnan las condiciones de fácil accesibilidad y proximidad de proveedores y relacionados. Creo que, en este apartado, el desarrollo del “22@” de Barcelona es un claro ejemplo de cómo se conforma una zona con un urbanismo/movilidad que lo facilite.
  • Oferta flex. Del espacio corporativo más o menos rígido vamos evolucionando rápidamente a sedes más pequeñas y variables, que a su vez permiten la interacción de plataformas de proveedores o relacionados, en muchos casos próximos.

La adaptación en la morfología, ya citada, junto con espacios flex y coworking en el mismo edificio, facilita mucho las cosas y constituye ya un elemento indispensable.

"En los procesos de selección gana protagonismo conocer los valores personales de los candidatos, que hoy se presentan ya como un factor nuclear del conocimiento de las personas"
Tras la disrupción vivida en el último año, la sociedad se muestra más exigente sobre la contribución de las empresas en la superación de los retos comunes. ¿Cómo integráis esta realidad en vuestra estrategia? ¿En qué medida os apoyáis en el propósito para definir vuestros planes de negocio?

Los retos comunes, que la empresa como agente social tiene que asumir, están concretados en el marco global de las ESG. Hoy ya es impensable que la estrategia corporativa no tenga como eje central la máxima excelencia en los ámbitos de gobernanza, desarrollo social e inversión sostenible.

En nuestro caso, la Comisión de Sostenibilidad, que comparte con las de Auditoría, Nombramientos y Retribuciones las directrices propuestas al Consejo de Administración, se materializa en directrices concretas que se integran en el Plan Anual Integrado, que a su vez forma parte del Plan Estratégico a tres y cinco años.

Las nuevas generaciones conceden cada vez más importancia a que la empresa en la que trabajen comparta sus valores. ¿Qué supone este hecho para las estrategias de captación de talento de las empresas?

Gana protagonismo en los procesos de selección el conocer los valores personales de los candidatos, que hoy se presenta ya como un factor nuclear del conocimiento de las personas.

Ello es porque no solo los requisitos técnicos han de ser fuente de adaptación, sino también la concordancia con los valores y la cultura de la organización con las personas, ya que serán un alto elemento motivacional y un factor de desarrollo común persona-empresa.

Por ello la empresa debe concretar e incorporar como elementos clave de su estrategia cuáles son sus valores y su misión, y someterlos a proceso de feedback, de acuerdo con sus colaboradores.

"Del espacio corporativo más o menos rígido vamos evolucionando rápidamente a sedes más pequeñas y variables"
Las empresas inmobiliarias tienen un conocimiento privilegiado de las tendencias del consumo y de la evolución económica, que son claves para construir el camino para la recuperación. ¿Qué papel crees que puede desempeñar el sector para impulsar el crecimiento de la economía nacional en la nueva realidad?

En el mundo residencial la aportación es clave. Dada la gran escasez de vivienda asequible, con toda la polémica que se está desarrollando en Europa sobre este tema, y las consecuencias que la dificultad de accesibilidad acarrea en el corto y medio plazo económico y social, no parece que haya otro camino que el acuerdo y la colaboración público-privada. Más allá de soluciones a corto plazo, improvisadas por la política de turno.

En los otros sectores del inmobiliario, el sector cuenta con mecanismos engrasados que canalizan adecuadamente la inversión hacia la oferta. El peso en la economía nacional, directo e indirecto, del sector inmobiliario se está configurando como uno de los motores de la recuperación económica. Señal inequívoca de la adaptación a la realidad presente y futura.